viernes, 9 de diciembre de 2011

Somos Tri

No tenemos unas raíces especialmente profundas. Nuestros ideales de tribu son sencillos. Ni el culto a la noche ni el alcohol van con nosotros. Tampoco somos buenos amigos de las grasas en las comidas y nos hemos convertidos en adictos a las almendras, las fruta o los antioxidantes. Para nosotros, un buen fin de semana comienza madrugando y saliendo a entrenar. Nos gusta buscar nuestros limites.
Nos motiva ver que somos capaces de seguir un plan de entrenamiento intenso, o de mantener una dieta controlada acorde con el esfuerzo que exige el deporte que amamos. Aunque no seamos profesionales, aunque el entorno familiar o laboral considere que somos gente rara que usa las vacaciones para competir en sitios recónditos y volver a casa con el cuerpo molido. A pesar de todo, somos Tri. A pesar de todo, seguimos a lo nuestro, y guardamos como un trofeo la camiseta que nos hemos traído por haber terminado el Titan de Cadiz, el Ironman de Niza o el Embrunman en los Alpes. Y esa misma noche, con el cansancio aun fresco, soñamos con que algún día pelearemos contra el salvaje Norseman o que correremos junto a los campeones del mundo en Hawai.
Entre tanto, y hasta que esto no suceda, cambiamos los zapatos por zapatillas para entrenar incluso cuando caminamos por la ciudad. También abandonamos los relojes por los pulsometros y vivimos pendientes de nuestro ritmo cardiaco. Y por si fuera poco, nos hemos acostumbrado a llevar en el coche una bolsa con gafas y gorro de natación, toalla, zapatillas para la ducha, la ropa de compresión, calcetines para correr...Ante la duda, cargamos con todo y después decidimos que entrenamos. Por eso somos Tri.
Como en otras facetas de la vida, en el Triatlon hay gente que se acerca de manera ocasional, somos muchos quienes empezamos aso y después hemos visto como este deporte nos transformaba por dentro y por fuera. Como el entrenamiento se convertia en un ritual diario que modelaba un estilo del vida, una manera de ser y de relacionarnos con los demás. Por eso nos gusta decir que somos Tri. Es una contraseña, un grito de guerra, un modo de reconocernos en mitad del gentío.
Puede sonar exagerado, pero es que algunos sencillamente, hemos descubierto en este deporte una fuente de salud.
Además, nuestros héroes son terrenales, no viven resguardados en ese exclusivo Olimpo del profesionalismo. Quienes de verdad somos Tri admiramos y respetamos a nuestros iguales, es decir, a aquellos compañeros que sacrifican el ocio tras la jornada laboral para entrenarse y cada día estar mas cerca de conseguir su sueño, terminar un triatlon más exigente que los anteriores. Aquí todos podemos escribir hazañas y servir de faro para los demás.
Quizás por eso, como algunas tribus urbanas, terminamos hablando en jerga en cuanto nos vemos, neopreno, umbral anaeróbico, microciclo, acoples, carbono, tija, magnesio, transición. Es más, con esas palabras de ha enamorado más de una pareja y se ha formado más de una familia. Compartir una pasión abre las puertas a compartir otras. Por eso somos un estilo de vida, por eso somo Tri.

Editorial Trisense Nº6     www.trisense.tv

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